Confío y me entrego a ti. Alma mía
Te pasa que te rodean miles de ideas en la cabeza.
Te quieres sentar para finalmente poner en marcha una, y te encuentras realizando mil más y pensando en que “ya, ahorita mismo me siento” y no llega ese momento.
Solemos enfocarnos en una idea, una que tiene como mamá una meta, una meta que nos habla de éxito, de tiempo, de planificación y control y quizá como lo sabemos huimos de ese estado porque presentimos que nos vamos a sentar y que no habrá cómo detener esa presión constante. O no arrancamos porque tememos ver el lienzo en blanco. “¿Y ahora?, la conversación en mi cabeza estaba clara, sin embargo la traducción de ella a la vida real y tangible se nubla, se pierde”. Nos decimos.
El año pasado tuve un periodo de tiempo donde todo estuvo en equilibrio. Solté la meta y el plan, sentía equilibrio en mi vida, al no tener el control, tenía una motivación genuina que brotaba desde mi interior, no estaba hiper focalizada en algo. Me estaba permitiendo solo fluir, con lo que había en el momento.
Lo único que estaba haciendo Diariamente era meditar y sentir confianza, simplemente sentir Fé, me olvidé del mundo y solo confié. En mi mente se acabaron los problemas de pareja, mis hijos estaban perfectamente bien, yo me sentía orgullosa de mí, el termómetro de la comparación no apareció por un segundo.
La presencia del alma se siente acogedora, es amorosa y pacifica.
Solo existía un deseo y el plan se hilaba solo, es decir aunque yo lo hacía, era tan disfrutable, tan a gusto que había un maridaje maravilloso entre SER Y HACER todo se estaba hilvanando con el mejor ingrediente de todos: fé.
Eso sí tengo que decir que constantemente había una voz que me dirigía y me alentaba a detenerme cuando había que hacerlo. Esa misma voz me dictaba las palabras, me emocionaba y motivaba a medida que iba leyendo lo traducido. Lo escrito. El plan.
Esa voz la llamo Alma, Alma esta conmigo, su presencia se siente acogedora, ella tiene el tono y la calidez perfecta para darme un consejo, su compañía es placentera, porque yo la siento amorosa, no es impaciente, no me presiona, no me compara, ella confía en la vida y en que el tiempo es perfecto, su brújula es la claridad, ella es el abrazo sublime de la confianza en mí misma y en que mi vida está sostenida por algo maravilloso. Ella es la energía que me observa con rebosante y efervescente amor. No me critica, me alienta.
El Alma como un personaje
Alma, es un ser que conocí hace poco en mi vida, pero que siempre ha estado acá, su presencia me recuerda las respuestas que desde niña yo ya poseía, respuestas que muchas veces morían atragantadas por miedo a decepcionar a los demás.
A mi Ego le ha gustado cuidar, le ha gustado proteger, su mecanismo es absoluta y completamente empático, tanto que a veces prefiere ser más empático con los demás que conmigo misma, “haciendo que el amor se prostituya”, porque se entrega con miedo, lo cual al final no vendría siendo amor, sería una herida abierta intentando ser sanada en cualquier lugar, a costa de lo que sea.
Sin embargo de nuevo se presenta Alma, ahora más clara. Este año la había perdido un poco, El ego estaba de nuevo buscando sanar en cualquier esquina, sentí el cansancio de esta búsqueda, me dí cuenta que ella ya no estaba tan presente, así que he vuelto a contactar con ella, con Fé yo misma la llame durante una meditación, extrañaba su sabiduría, su enfoque, su lucidez, su calor, su balance y luz. Gracias Alma mía por estar y hablarme, me perdono a mi misma por dejar de escuchar. Sé que igual esta ausencia hace parte de un plan divino cuyo objetivo es el reconocimiento de tu amor en mi vida, y del valor que le doy a esta guianza y fé. hace parte del camino y de la sabiduría que me profesas, sin tu ausencia no me habría dado cuenta de lo rico que se siente permitirse el balance que tu presencia trae a la vida.
Confío y me entrego a ti.
Te grabé una meditación guiada, En ella te invito a que visualices tu alma, , que sientas su presencia, y que comiences a escuchar sus mensajes.