Sólo por hoy soy paciente, especialmente conmigo misma
Me pregunto ¿realmente será de tu interés? luego recuerdo que simplemente lo hago por el mero hecho de sentir que comparto un valor, un valor que se ha venido puliendo gracias al camino del corazón y del alma.
Hoy quiero hablar de la paciencia. Eres de las personas que se presionan constantemente, que no se permiten descansar porque experimentan culpa, eres de aquellas que si no estás haciendo nada “productivo” se sienten mal, entran en un bucle de comparación perdiéndose del momento presente. Si es así sigue leyendo.
Maxi tenia 2 meses de nacido, estábamos tratando de quitarle el oxigeno a nivel del mar, Bogotá era duro para sus pulmones.
Recuerdo bien cuando tuve a Maxi, su nacimiento fue complicado, y su primer año de vida también, decidí quedarme con él cuidarlo y pasar a depender económicamente de mi esposo en su totalidad. No podía dejar de sentirme mal, creía que mi esposo tenía que saber mis necesidades, y él es súper elevado, no se daba cuenta, y a mi me encantaba victimizarme me entraba en historias de Disney pensando que había elegido la persona equivocada “porque cómo era posible que yo se lo tuviera que decir todo”
La vida tiene maneras hermosas de darnos las mejores maestrías para el alma. Con ese dolor que me recordaba que yo me sentía sola desde la muerte de mis padres, mi esposo me recordaba la herida una y otra vez y como yo ya estaba herida la magnificaba aún más y crecía y crecía.
Con el tiempo comencé a sanar mi voz a darme cuenta que era mi responsabilidad enfrentar mis retos y decir lo que necesitaba, que ya no era una niña pequeña a la que papá le daba todo sin hablar, (Pero reconocer eso, no fue fácil, requirió de mucha paciencia y amor hacia mi misma) cuando yo cambié eso, todo comenzó a cambiar a mi alrededor, check, punto positivo para mi. Sin embargo no era suficiente, yo misma desvalorizaba mi labor, aún no trabajaba y me sentía culpable por tener que pedir dinero, no me daba cuenta que el mero hecho de nutrir con amor, paciencia y tiempo un hogar era de por sí uno de los mejores trabajos de mi hoja de vida.
Cómo no sabía donde estaba mi valor, no me permitía descansar, no me permitía un error en el hogar, quería hijos perfectos. Por otro lado siempre buscando qué más hacer, cómo ganar dinero, lo cual no está mal para nada, porque en el hacer también está el SER, lo que estaba incongruente era pensar que si no generaba dinero se anulaba todo lo otro que hacía, porque yo misma no le daba un valor.
Inmersa en este bucle de pensamientos que me dañaban comencé a buscar sanación. Gracias al reiki me di cuenta que necesitaba algo más, gracias al reiki fui recuperando mi expresión y entendiendo que necesitaba ayuda, comencé a estudiar descodificación biológica de las enfermedades y más sanación llegó. Entendí la víctima que había en mí, que es muy normal que todos la tengamos, de hecho ella nunca se va del todo de tu vida, el chiste está siempre en darte cuenta cuando es que va al volante.
Comencé a meditar y a conocer mi energía a obtener mensajes del alma más claros. Comencé a habitar mis huesos, y mi piel, a resignificar mi dolor, a ver mis miedos con compasión y a extender amor por mi misma.
Solo por hoy soy paciente
En reiki hay un principio que dice: “Solo por hoy soy paciente” mi maestra me enseñó a decir solo por hoy soy paciente especialmente conmigo misma. Esta honrosa manera de ser paciente con nosotras mismas nos trae en verdad al momento presente, nos confronta y nos detiene la presión constante de ser y hacer más. Esta paciencia amorosa nos lleva a valorar y entender la gran labor del mejor trabajo de la hoja de vida.
Esta paciencia amorosa nos deja observar sin juicio hacia nosotras mismas nuestros dolores y nos enseña cómo hacer una maestría con ellos. Nos da el permiso de ver y paso a paso traer amor, nos guía para no abandonar sino para comprender desde el corazón e incluso impregnar con más amor a la otra persona. Esta paciencia nos enseña nuestros limites con los demás y con nosotros también, por eso aprendemos a descansar cuando es necesario hacerlo.
Esta paciencia nos enseña a ir lento y cuando se va lento se puede ver más, escuchar más, valorar más, y traer más amor. Ser paciente conmigo misma me da permiso de ser yo, me da sostén, me brinda comprensión, y en ese caminar lento y pausado oliendo las flores del camino te encuentras con tu verdadera esencia, milagros pasan, te das cuenta lo protegida y amada que siempre estas.
Esta semana te invito a que estés más pendiente de lo que te preocupa, de cuales son esos pensamientos que te quitan la paz, y que con mucho amor los reconozcas y con mucha valentía los valides, “Digas si, sé que están ahí, y eso me hace sentir …. y trae paciencia contigo mismo, no te presiones ya mismo a cambiar nada, solo extiende amor y paciencia, y con un solo paso a la vez vayas dando el giro que deseas, pero hazlo lento y pausado, no todo tiene que ser hoy, con darte cuenta y validar ya por hoy fue suficiente, mañana te encargas de otra cosa y así, paso a paso, día a día” Solo por hoy soy paciente, especialmente conmigo misma.
Te dejo un audio sobre cómo traer y practicar más la paciencia contigo mismx: Savia nutritiva para el corazón.
ideal para escuchar en el carro o mientras cocinas
Al final del audio hay una pequeña visualización para que practiques la paciencia, a partir del minuto 7
Con amor Valen.