Mi relación con la divinidad, con dios
¿dios está dentro de mi, a mi lado o lejos de mi?
dios es un ente al que me dirijo para pedir ayuda y dar gracias, o Dios es un ser que me sostiene, me alienta, me guía, me acompaña, y quiere lo mejor para mi.
¿Te portas bien para agradar a dios o lo haces para agradarte a ti?
¿Es dios una fuerza de amor que te impulsa a sentirte en paz, en confianza y seguridad? o es dios una lucha constante, un sacrificio y una culpa porque temes ser condenado.
¿Quién eres tú? ¿Quién es dios?
MI RESPUESTA
Creo que Dios está en todos los momentos, en los árboles florecidos incluso en las malezas, en los ríos y los atardeceres, en las tormentas y los tornados, en el aire, y en las sonrisas. Creo que él también está en mi y en tí también.
No creo que Dios quiera que le temamos, creo que Dios quiere enseñarnos a descubrir el amor de su mano, tierna y poderosa, creo que él quiere que confiemos en él independientemente si pensamos que lo que nos pasa es bueno o malo, siempre hay un propósito, y ese propósito trae una enseñanza. Está en tu unión con él aprender a discernirla, transformarla y transmutarla.
Cuando enfrentamos nuestra conciencia miramos a los ojos a Dios, no para juzgarnos ni culparnos, sino para aprender a amarnos más, ¿será justo que tus pensamientos te hablen en tono regañón, que tu mismo te juzgues sin cesar, te avasalles, te atropelles y te culpes por no haber hecho algo “bien”? Creo que no, todo lo que no ayude a florecer tu corazón no tiene nada que ver con el amor que Dios quiere para nosotros, con el amor que ya está en nosotros.
Yo creo que dios quiere que encontremos el amor, que seamos capaces de quitar capas y capas de ilusión de tiempo y espacio y aprendamos a aceptarnos entre todos, aceptar la diferencia, no separarnos por verdad o mentira, no pretender, no convencer al otro, simplemente vivir en un mundo libre, donde cada quien al poner en un espejo su conciencia mire a Dios a los ojos, y pueda ver su verdad, y a partir de allí entenderse, aceptarse, amarse y decidir si vive en conjunción o en separación.
En separación hacemos todo por el otro, no por nosotros mismos, lo hacemos por agradar al otro, no por gusto y por amor, lo hacemos porque así es la vida y nos han enseñado que hay que conseguir más y hacer más para valer mas, no porque yo soy el responsable de construir un camino que me honre, y al honrarme honro a dios, quizá un camino más a mi ritmo, permitiéndome explorar mis bondades, mis lenguajes únicos y especiales, lo que me hacen ser como soy.
En conjunción, tenemos confianza, no temor, sentimos su amor y su guía transmitimos con amor y fé.
te dejo una meditación para relajar el cuerpo y abrir tus centros energéticos. Haz click acá para escucharla